Ejercicio espiritual: Escucha

«Los cielos cuentan la gloria de Dios —escribió el salmista—, y el firmamento anuncia la obra de Sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría» (Salmo 19:1,2). El Creador habla por medio de Su creación.

Puedes oírlo si te detienes a escuchar.

Un lugar tranquilo en un entorno natural es ideal; pero si eso no es posible, basta con que fijes la vista en un árbol, unas plantas o aunque sea en un pedacito de cielo.

Apaga el teléfono. No pienses en nada más. Dedica a Dios toda tu atención. Margina de tu vista todo lo que esté hecho por los seres humanos y concéntrate en algo creado por Dios: una flor, un árbol, un pájaro, una mariposa, una nube, una laguna, un arroyo, la brisa…

Imagínate con qué cariño y esmero lo creó Dios. Luego multiplica eso por todas las flores, árboles, pájaros, etc. que hay en el mundo. ¿Qué te indica eso sobre el amor que siente Dios por ti? ¿No te infunde paz? ¿No te hace sentirte bien?

Respira lenta y profundamente durante varios minutos. Relájate, recréate en el amor de Dios, disfruta de la vista y escucha a Dios mientras te revela más verdades.

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Si aún no has establecido un vínculo personal con Dios, puedes hacerlo ahora mismo invitando a Su Hijo Jesús a entrar en tu corazón con esta sencilla oración:

Jesús, creo en Ti y te invito a formar parte de mi vida. Te pido que seas mi Salvador y compañero constante.


Gentileza de la revista Conéctate. Usado con permiso.

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