Joyeux Noël (Feliz Navidad)

joyeux-noel-christmas-carolJoyeux Noël cuenta una historia real ocurrida en un campo de batalla francés la Nochebuena de 1914.

El episodio tuvo lugar durante la Gran Guerra (la Primera Guerra Mundial), en un punto del frente en que había unos tres mil soldados escoceses, franceses y alemanes. Al llegar la Nochebuena, se oyen del lado alemán ecos del famoso villancico Noche de paz. Los escoceses responden enseguida con un acompañamiento de gaitas. Al rato, los tres ejércitos entonan al unísono la misma canción desde sus respectivas trincheras, a cien metros de distancia. Imagínate a los combatientes cantando en tres idiomas desde las mismísimas trincheras que apenas unas horas antes habían sido escenario de una brutal matanza. ¡Qué contraste!

Persuadidos a darse tregua por la letra de aquel añorado villancico, los bandos enemigos se atreven a salir de sus trincheras y acuerdan un cese del fuego extraoficial. En ciertos trechos de la línea del frente, la tregua navideña llega a durar diez días. Los enemigos intercambian fotografías, direcciones, chocolates, champaña y otros pequeños obsequios. Descubren que tienen más en común de lo que imaginaban, incluido un gato que merodea de una trinchera a otra y entabla amistad con cualquiera, si bien ambos bandos insisten en que la mascota les pertenece.

Los otrora enemigos se esfuerzan por comunicarse como mejor pueden en el idioma del otro. El teniente alemán, Horstmayer, dice al francés, Audebert:

—Cuando tomemos París, todo habrá terminado. ¡Luego espero que me invites a un trago en tu casa de la Rue Vavin!

—No te sientas obligado a invadir París para que te invite a un trago en mi casa —replica Audebert.

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La amistad que se forja aquella noche entre los bandos opuestos no tiene nada de superficial. La mañana en que acaba la tregua de Navidad, ambos bandos se advierten mutuamente cuando se enteran de que la artillería está a punto de lanzar un ataque. La camaradería que surge entre ellos cala tan hondo que se sabe que ambos lados incluso llegaron a cobijar soldados enemigos en sus trincheras a fin de protegerlos del peligro.

¿Qué produjo tan inverosímil transformación? Todo comenzó con la atracción ejercida en unos y otros por la música navideña.

Ese incidente nos recuerda que la guerra es un mal que tiene remedio. Se trata de dejar de satanizar a nuestros enemigos y aprender a amarlos, tal como Jesús nos conminó a hacer (Mateo 5:44). Si nos esmeráramos para conocer más a fondo a personas con las que aparentemente no tenemos ninguna afinidad, quizá nos daríamos con la sorpresa de que en realidad tenemos bastante más en común de lo que pensamos.


Texto gentileza de la revista Conéctate. Usado con permiso. Imágnes de la pelicula Joyeux Noel (en España: Feliz Navidad, en Argentina: Noche de paz).

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